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EXORCIZANDO IZQUIERDA UNIDA. ALGUNAS CONCLUSIONES. (Javier Diez Canseco)

Conclusiones del artículo elaborado por Javier Diez Canseco para el libro Apogeo y Crisis de la Izquierda Peruana editado por Alberto Adrianzen

No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

Albert Einstein

Publicado: 2014-05-05

1) La IU nació en un proceso social y políticamente convulso, en el marco de la crisis del régimen militar que presidía el Gral. Morales Bermúdez. Y vivió —como actor—la crisis del régimen democrático constitucional formal nacido en 1980, de la transición democrática conquistada a fines de los 70, que —a su vez— prohijó y alentó un régimen de militarización de la política en el marco del conflicto interno y el terror, que terminó imponiéndose mediante el régimen cívico militar de Alberto Fujimori en los 90. Cabalgó entre dos regímenes.

2) Las fuerzas que integraron IU expresaron a nuevas fuerzas sociales y políticas, excluidas o subordinadas, que batallaban por la transformación del país. Fueron, sin duda, fuerzas que, desde antes de integrar el Frente, constituyeron un factor democratizador del país, un elemento importante en la conquista y ampliación de derechos socio-económicos y políticos, un motor del cambio. Pero también fuerzas que cuestionaban y enfrentaban la gobernabilidad de regímenes conservadores que pretendían sostener un sistema injusto, centralista y dependiente.

3) IU agrupó partidos y fuerzas de izquierda con historias diversas y diferencias notorias. Izquierdas que, en su mayoría venían de la clandestinidad o semi clandestinidad y se planteaban un cambio revolucionario para construir un nuevo Estado. Adaptadas a la combinación de la lucha social y de masas, se encontraron con un escenario novedoso: el electoral y la democracia constitucional. Por ello, IU enfrentó retos complejos ese decenio, en un proceso crecientemente marcado por el conflicto interno, el terrorismo y la antisubversión, graves crisis económicas (desde crisis internacionales y el Fenómeno del Nino hasta la hiperinflación), la descomposición del sistema político y el crecimiento de un régimen político militarizado al interior de una democracia constitucional formal.

4) Hace cerca a 30 años, el 12 de setiembre de 1980 nació Izquierda Unida (IU). Una Declaración Política, firmada por 8 dirigentes de otras tantas organizaciones de izquierda (el FOCEP, MIR-UDP, el PC del P, el PCP, el PCR-Clase Obrera, el PSR, VR-Proletario Comunista y VR-UDP), le dio nombre y partida de nacimiento con el acuerdo de “conformar la alianza electoral denominada Izquierda Unida, para participar en las elecciones municipales convocadas para el mes de noviembre.” En el campo electoral, IU nació robusta, siendo la segunda fuerza electoral en cuatro elecciones sucesivas hasta 1986.

5) Pero, desde su nacimiento el Frente se plantea ser un instrumento, “una necesidad apremiante para garantizar mejores condiciones para el éxito de las luchas que actualmente libran importantes sectores de la clase obrera, los empleados estatales, bancarios, campesinos…”. Una herramienta política y organizativa, más cercana a la práctica anterior de las izquierdas y más allá de una alianza electoral. Y, unos párrafos más abajo, sostiene que las elecciones municipales eran “una ocasión para continuar avanzando y acumulando fuerzas para nuestro objetivo revolucionario común”. Así, IU define claramente una visión estratégica que, al nacer, concibe lo electoral y lo democrático como un espacio instrumental.

6) Orgánicamente, el naciente frente, constituido principalmente por partidos políticos y no por militantes individuales, quedó estructurado en base a los primeros. Su conducción sería ejercida por un Comité Directivo Nacional (CDN), integrado por un representante de cada uno de los partidos y dos por cada uno de los frentes (UDP y UNIR). El único miembro independiente, en el CDN inicial, fue Barrantes, en su calidad de Coordinador del frente.

7) Desde su nacimiento, IU encaró un nuevo escenario con viejas herramientas. Partidos de cuadros, semiclandestinos, con una visión revolucionaria y una relación sectorializada con los movimientos de masas (concebidos como correas de trasmisión del partido) y con una convicción muy firme del carácter científico de las concepciones ideológicas sostenidas y educados en una cultura de la confrontación permanente, enfrentábamos una nueva realidad: el régimen democrático constitucional. El escenario electoral planteó un cambio de auditorio al que nos dirigíamos (de otra amplitud y composición que aquellos en que trabajamos), una experiencia de convivencia política no experimentada y la necesidad de articular sectores ajenos a la antigua lógica de cuadros: los votantes y simpatizantes sin partido. Ingresamos a un espacio político con el que nos habíamos enfrentado históricamente, a compartir espacios del poder que nos habíamos planteado destruir en un contexto muy difícil.

8) Cuatro grandes tensiones, entre otras, marcarían la vida interna del Frente y su relación con la sociedad:

a) Entre la Reforma y la Revolución. Encarar el reto de tomar posición y definir la forma de operar en un país con un doble régimen político, el constitucional formal (con vigencia en Lima y ciertas capitales de departamento) y el régimen militarizado (que fue imperando conforme las zonas de emergencia crecían). El Frente tuvo que ir definiéndose frente a la democracia y las elecciones y, a su vez, frente la violencia terrorista, las acciones armadas de SL y la estrategia antisubversiva del Estado que devenía en un creciente terror de Estado.

b) La visión de la crisis política como crisis de régimen político —o no— y la existencia—o no—de condiciones maduras para el cambio que definían la visión de los objetivos políticos y las formas de lucha.

c) Forjar un frente revolucionario de masas o mantener un frente de partidos, fuertemente burocratizado e indispuesto a abrir sus puertas a cientos de miles de hombres y mujeres que no integraban los partidos pero que eran el motor del cambio.

d) Construir una voluntad y una opción unitaria de gobierno y poder alternativo o persistir en la cultura de la confrontación interna, la identidad propia de grupo, el caudillismo y satisfacerse con las cuotas de poder que cancelaban una opción nacional.

9) Las fuerzas que han de conformar IU y la demanda popular de unidad de las izquierdas,nacen en un momento de crisis de régimen que se da a fines de los 70 (1976-80), pero las izquierdas no pueden darle salida, más allá de conquistar espacios políticos democráticos que coexistían con una fuerte ofensiva por una contra-reforma. Las izquierdas, que cumplieron un papel neurálgico en la derrota de los militares, fueron —sin embargo— incapaces de aprovechar adecuadamente la crisis política porque su ideologismo les impidió abrir los espacios democráticos mas profundos y propicios para el desarrollo de la organización, movilización y conciencia de las mayorías, profundizando una democracia integral (política, económica y social) y desarrollando una fuerza y un firme protagonismo popular con una perspectiva transformadora.

10) Entre 1987 y 1990 se incuba y desarrolla la crisis del régimen democrático constitucional formal surgido de la Constituyente del 79 y la anterior crisis. Juegan un papel decisivo en ella la fractura del bloque en el poder (la crisis García-doce apóstoles15 y la estatización de la banca), la desbocada hiperinflación y sus efectos, la corrupción generalizada, el desprestigio, la ineficiencia y el centralismo del sistema de representación política, la guerra sucia, el terrorismo senderista y el terror de Estado con la creciente militarización del país que- finalmente- impondrá al régimen fujimorista como expresión del nuevo bloque en el poder. La IU no estuvo a la altura de los retos que planteaba esta compleja crisis.

11) IU no supo perfilarse como alternativa al aprismo, cuando la derecha estaba en uno de sus puntos de mayor debilidad, planteando una salida a la crisis económica y la hiperinflación, con un bloque social de trabajadores, productores y profesionales que se sintieran representados. Su falta de alternativas es evidente cuando los ministros de izquierdas asumen el fujishock, en lugar de opciones, ciertamente tardías, como las del Plan Amaru. Ello facilitó la implementación del modelo neoliberal y desarmó a amplios sectores sociales respecto a la existencia de alternativas populares y progresistas dando terreno fértil al “pensamiento único” neoliberal.

12) IU no fue capaz de responder a la dinámica que impuso la dialéctica Sendero Luminoso-militarización antisubversiva del régimen de la transición, evidenciando adolecer de una voluntad de gobierno y poder que la llevara a desechar una inviable salida armada sin atarse a una salida electoral que se jugara por la gobernabilidad de lo ingobernable e ilegítimo para la gente: un régimen en crisis como el que sustituye Fujimori. Al contrario, se vio entrampada en una dinámica política cuasi esquizofrénica, ya que postulaba lo primero (“combinar todas las formas de lucha”) pero hacía lo otro (lo electoral). Hubo distintos momentos a lo largo de la historia de IU donde pudo combinar ambos factores dentro de una visión de una lucha por una democracia integral, apoyada en una movilización social intensa, pero nunca hubo la intención de hacerlo. Barrantes mismo -como Presidente de IU- paradójicamente reflejaba todas esas indefiniciones y dubitaciones.

13) IU tuvo una equivocada apreciación de la situación, llevando a ciertos sectores a un permanente coqueteo con el Apra, no diferenciandose como oposición y alternativa. Más bien optaron por jugarse por la “gobernabilidad” de un régimen en descomposición, acosado por una militarización que con su actitud avalaban. Mientras la derecha sobrevaloraba las posibilidades de cambios, no manejaron las debilidades de los factores subjetivos y sus posibilidades, ni midieron el impacto de los golpes a la organización y al tejido de las redes populares, persistiendo en una relación poco democrática con la gente, negándose a desarrollar efectivos mecanismos participativos y una estrategia que priorizara claramente la lucha política de masas, con actores político sociales que cerraran el paso al régimen militarizado que se anunciaba. Errores de “derecha” y de izquierda”.

14) En el desenlace de la crisis de régimen del 90-92 jugaron varios factores importantes. Uno, muy importante de recalcar es el mal manejo del protagonismo de la gente, de las fuerzas populares. En el terreno orgánico, a pesar de su fuerza electoral y convocatoria, así como de la decisión formal de convertirse en un frente de masas adoptada poco después de su fundación, IU nunca logró transformarse en un espacio político abierto y amplio, ni logró desarrollar una efectiva democracia interna que condujera a una inclusión efectiva de sus numerosos votantes. Se desperdiciaron espacios como los FEDIP, las Asambleas Populares, los organismos de autodefensa de masas y, especialmente, la ANP como una fuerza político social de gran envergadura en la tarea de politizar a las mayorías y desarrollar sus alternativas políticas como parte de su lucha cotidiana.

Las desviaciones sindicalistas o reivindicacionistas, la práctica de los movimientos como meras correas de transmisión de los partidos y la ausencia de formación de cuadros populares fueron graves. Como lo fue el zanjamiento claro con Sendero Luminoso y su nefasta actuación terrorista y desarticuladota del tejido popular y social.

15) El sectarismo, el hegemonismo y el caudillismo, que fomentaron la inorganicidad del CDN de IU y los esfuerzos de dirección, eran derivados a mi modo de ver —entre otras cosas— de una cultura de la confrontación cultivada largo tiempo en las izquierdas, que llegaba a priorizar los conflictos internos a los conflictos con los gruposdominantes. Ello sumado a la errónea visión de que las diversas izquierdas éramos dueñas de una visión científica y correcta que convertía a los demás en compañeros de ruta, carentes de la verdad que nosotros poseíamos, contribuyeron al desenlace que vivimos: la perdida de una oportunidad histórica y una disgregación y debilidad que es de las mas graves de America Latina.

16) El senderismo, su política criminal de terror y la militarización antisubversiva del Estado, fueron dos factores sustantivos de esta experiencia que terminó en el régimen cívico-militar de Fujimori, los “outsider” y el imperio irrestricto del más brutal de los neoliberalismos aplicados en América Latina. No enfrentar y derrotar a SL, así como la estrategia antisubversiva violadora de DDHH tuvo un alto precio.

17) Finalmente, el ideologismo fue un feroz enemigo de darle alternativas a IU, pero fue también una coartada para aplicar lógicas ajenas a las que programática y políticamente se proclamaban, sirviendo como cortina de humo a conductas contradictorias.

18) Si con alguna reflexión queremos terminar esta aproximación a un importante esfuerzo por la transformación del Perú es, como dice Einstein, reconocer que “la creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’ (…) Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.


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